Camuflando averías en coches de segunda mano

Vendedor de Coches de Segunda Mano

Hoy en día es prácticamente imposible que nos encontremos con estas artimañas en un concesionario de coches de segunda mano. ¿La razón? En prácticamente cualquier sitio nos ofrecen garantía de un año al comprar cualquier coche de ocasión y por tanto, es lógico que el vendedor no quiera vendernos un vehículo que al cabo de unas semanas pueda fallar. Sin embargo, este tipo de picaresca española si la podemos encontrar en los tratos y acuerdos realizados entre particulares.

 

Hay muchos trucos que nos permiten camuflar averías en coches de segunda mano y que para nada son complicados de realizar. Por ello, me gustaría mencionar algunos para que en caso de estar interesados en comprar un coche a un particular, poder detectar si quieren darnos “gato por liebre”.

 

Ocultando testigos de avería

 

En algunos casos, algunas personas sin escrúpulos quitan las bombillas de los testigos de averías del panel de instrumentación para evitar que nos percatemos de algún fallo de la mecánica. En algunos casos se llegan a pintar de color negro para disimularlos si no es posible quitar las bombillas. Por ello, si hay un fácil acceso al panel de instrumentación, siempre es interesante pedir al vendedor la posibilidad de retirarlo momentáneamente para echar un vistazo.

 

Tapando fugas temporalmente con productos químicos

 

Una de las maneras más sencillas de tapar temporalmente fugas en el radiador es utilizar productos químicos que actúan a modo de “tapón”. Los más mayores del lugar recordarán que antiguamente se hacía lo propio con pimentón. Por ello, siempre debemos echar un vistazo al circuito de refrigeración para ver si hay algo extraño.

 

Aditivos para la caja de cambios

 

Para tratar de esconder el mal funcionamiento de una caja de cambios, en algunas ocasiones se añaden ciertos aditivos que incrementan la antifricción para ofrecer la falsa situación de un manejo suave y poco ruidoso.

 

Ruidos del motor

 

Se trata de todo un clásico. Se sustituye el aceite del motor por uno más viscoso que el recomendado por el fabricante. Con esto conseguimos que cualquier ruido extraño del motor desaparezca. Sin embargo, es una chapuza en toda regla ya que el motor no se lubricará correctamente y puede incluso llegar a estropearse. Siempre debemos comprobar la viscosidad del aceite cuando estamos mirando un coche que deseamos comprar.

 

Fotografía | elmundo.es